miércoles, 29 de febrero de 2012

Malick, o el tonto de la bolsa


Echando la vista hacia abajo, advierto que llevo ya bastantes entradas, que la cosa ésta del blog ha funcionado con regularidad, que ya va a hacer un mes desde que empecé...e incluso que a alguien le ha dado por leerlo de vez en cuando (no facilitaré el número de visitas por vergüenza torera). 
   Con tal entradilla se pensará, y con razón, que no tengo nada sobre lo que escribir esta noche, y que probablemente me marcaré unas cuantas reflexiones intrascendentes para cumplir con esta semana, que no ha sido muy productiva en el ámbito cinéfilo. Sí, han sido los Oscars, pero, ¿qué puedo decir sobre ellos? Predecibles hasta decir basta, es lo que todos dicen y yo estoy de acuerdo... y la gala no la vi y mi experiencia se redujo a ver la lista de ganadores en los periódicos. Hay que ser honesto con uno mismo, por si a alguien le importa.
   Me hubiera gustado conseguir ver The Artist, por aquello de venir con artículos un poco pertinentes y de actualidad, pero no ha sido posible. Tampoco he visto La invención de Hugo, ni Tan fuerte, tan cerca, ni Criadas y señoras, ni Caballo de batalla. He de decir que, de todas éstas, sólo la ganadora de la gala y Hugo me suponen algún interés. Tan fuerte, tan cerca y Criadas y señoras tienen ya fama de truños, y Caballo de batalla un poco lo mismo, pero seguramente sea un truño con mejor manufactura. Que estamos hablando de Spielberg, diantre.
   Puestos a comentar algo, le dieron el Oscar a Mejor Guión Original a Woody Allen, y éste pasó de recogerlo. Pues muy bien hecho. El pequeño gran hombre ha hecho cosas muchísimo mejores, y el hecho de que le den el premio por la tontunita de Midnight in Paris sólo puede ser recibido con indiferencia. Mejor Guión Adaptado para Los descendientes... pues bueno. Moneyball se lo merecía más, y El topo seguramente (no he tenido el placer) también, pero alguno se tenía que llevar una de las películas más sobrevaloradas de la temporada.
   Meryl Streep tiene ya 3 Oscars, y muy bien por ella. Ya era hora de que Christopher Plummer ganara uno. Y espero que Gary Oldman consiga el suyo antes de morir, que ya es un poco una vergüenza. Y bla, bla, bla... lo cierto es que la gala de los Goya fue más divertida de comentar, y además la había visto. 
   Por centrarnos en algo, hablaré de una de las películas ninguneadas por excelencia en la gran noche del cine mundial. Exacto, El árbol de la vida. La que muchos consideran la obra maestra más grande de los últimos años no se llevó una mierda, pero, ¿a alguien le extrañó? Bastante tuvo con estar nominada, seguro que el mismo Terrence Malick, allá en el planeta donde estuviera, se sorprendió entonces, para luego acto seguido centrarse en una mariposilla venusiana que revoloteaba por ahí cerca. Qué cosas más bonitas que filma este hombre, por cierto, aun sin saberse a ciencia cierta si es que es un genio o sólo un tipo al que le gusta eso, filmar cosas bonitas, cual niño jugando con su primera cámara.


   Vi El árbol de la vida hace algún tiempo en el cine (por Dios, quién tendría la osadía de descargarse tal magna obra, o el mínimo interés por ello), disfrutando al máximo de las imágenes, de la música, y de la experiencia gafapastil sin precedentes en la que me vi envuelto. Una experiencia ciertamente irritante pero, sí, arrebatadoramente bella. Y pretenciosa hasta decir basta. Desde el primer fotograma hasta el último se le notan las ganas de ser la película definitiva de la historia del cine, o, incluso, de la humanidad. Aunque esto último no tenga sentido, qué pasa, no hace falta, Malick tiene un camión monstruo. 
   Ego no le falta, igual que a Kubrick. Quizá el caso de nuestro iluminado contemporáneo pueda resultar más irritante, por lo abiertamente ñoño que resulta (es como si el chaval de la bolsa de American Beauty hubiera deseado estampar en un largometraje toda la belleza del mundo, que es tal que a veces no puede soportarla). Sin embargo, las imágenes de las que hace gala el film son tan poderosas que en varias ocasiones, y sobre todo gracias a la música en la que les sumen, dejan sin aliento. Cómo no, hay que destacar en este punto la del origen del cosmos. Los pelos como escarpias, mientras mucha gente piensa ya que le han tomado el pelo y que más vale que le devuelvan el dinero de la entrada.
   Es tal el poderío visual de la modesta peliculita que la parte hablada acaba por resultar en su totalidad superflua. De hecho constituye lo peor, con diferencia, de El árbol de la vida: las voces en off marca de la casa que subyacen en la mayoría de las escenas, tan irritantes como las de La delgada línea roja (también de Malick, y otra que tal baila), y los nada inspirados diálogos. Las mejores frases son las que ya aparecen en el trailer, y el resto son unos reiterativos "¿Dónde estás, Dios?", "¿Por qué nos haces sufrir?", "¿Por qué eres tan malo, jo?"... y tal. Malick podría probar, digo yo, a hacer una película sin un sólo diálogo, como The Artist. Igual ganaba el Oscar, e incluso conseguía su película definitiva... al menos hasta la siguiente que hiciera.
   Respecto a si aburre o no, pues supongo que depende de la mentalidad con la que se vea, como dice mucha gente. No nos engañemos, la película no es ni por asomo entretenida (decir algo así sería una soberana gilipollez), pero puede ser perfectamente disfrutable según qué perspectiva. Y aunque encuentres la adecuada, tampoco implica que no te vayas a remover incómodo en el asiento comprobando la hora en el reloj. Sobre todo en el final, que es sencillamente horrible y parece acumular más metraje que en todas las dos horas anteriores. Ahí es que ya Malick saca la artillería pesada y consigue cabrear hasta a los más voluntariosos. Pero olé sus huevos; si a Kubrick le ensalzan como visionario, ¿por qué a él no?
   Y es que no resulta nada descabellado compararle con el insigne director británico. No es sólo que El árbol de la vida pueda constituir el 2001 del nuevo siglo (ya se verá), sino que incluso ambas películas se parecen muchísimo estructuralmente: la primera parte ilustrando el origen de la vida, cada una a su modo y de manera muy curiosa y bella en las dos; la segunda, la más disfrutable y normal (la infancia de Sean Penn y todo el asunto del cachondo de HAL); y la tercera parte, los insufribles finales, tanto en una como en otra.
   Una lástima que no haya ganado nada. No porque se lo mereciera, sino porque en el futuro seguramente se recordará más a Malick y a su definición audiovisual de la belleza antes que a The Artist y a su director cómosellame. La moda pasajera del cine mudo frente a la moda permanente de las películas de culto e intelectuales de la muerte. Que no sé yo qué será peor. 

2 comentarios:

  1. Hola, en primer lugar, enhorabuena por el blog. Es genial.
    Acabo de terminar de leer tu comentario acerca de “El Árbol De La Vida”. Me sorprende que no hayas citado “El Nuevo Mundo”, ya que es justo la anterior a la que ocupa dicho post y quizás merecía la pena aunque sea por lo menos mencionarla. En mi opinión, en ella se puede atisbar un poco por donde iban a ir los tiros con respecto a “El Árbol De La Vida”, desde el punto de vista compositivo claro está ya que el argumento no tiene absolutamente nada que ver.
    Que Malick sabe donde colocar la cámara, es un hecho, pero quizás peca de demasiado abstracto y no consigue la efectividad que por ejemplo para mí, si consigue Sofia Coppola (aunque últimamente estaba de capa caída y tuvo que volver con “Somewhere” a lo que la hizo grande (Lost In Translation)).
    En cuanto a si la película es entretenida o no, yo creo que la primera mitad de la película hasta cierto punto si. Como dices, la parte del cosmos es sencillamente bestial pero a partir de ahí comienza a perder ritmo y fuerza dejándonos tan solo la magnífica impresión que nos muestra sobre las mujeres (Hay que quererlas y tratarlas bien, chicos)
    ¿O ninguno/a que la ha visto a acabado adorando el papel de Jessica Chastain? (Y a ella también, ¿por qué no?).
    Pero bueno, en cierto modo estamos de suerte con Malick. Su proyecto más inmediato va a ser una ampliación del origen del cosmos que mostró en la película, narrado por Brad Pitt (Voyage Of Time).

    Bueno, antes de despedirme voy a dejar un fragmento de una de las voces en off que me encantó:

    ‎"Las monjas nos enseñaron que hay dos caminos que puedes seguir en la vida, el de la Naturaleza y el de lo Divino. Debes elegir cual vas a seguir.
    Lo Divino no busca agradarse a sí mismo. Acepta ser desairado, olvidado, no agrada. Acepta los insultos y las heridas.
    La Naturaleza solo busca agradarse a sí misma y conseguir que otros la agraden. Le gusta dárselas de gran señora, salirse con la suya. Encuentra razones para ser infeliz cuando todo el mundo que la rodea resplandece y el amor sonríe a través de todas las cosas.
    Nos enseñaron que nadie que amara el camino de lo Divino acabaría mal. Yo te seré fiel. No importa lo que me suceda"

    “Lacrimosa” de Zbigniew Preisner:

    http://www.youtube.com/watch?v=1WvuJwMFPz4

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    1. Bueno, si he de ser sincero "El Nuevo Mundo" no la he visto. Mi experiencia con Malick se reduce a la película mencionada, a "La delgada línea roja" y a "Malas tierras" (la primera que dirigió, y que no está nada mal), y realmente no tengo mucho entusiasmo por ver la película a la que te refieres, aunque quizá algún día caiga, no sé.
      Sí que es cierto que debería haber mencionado a Jessica Chastain, que es de lo mejor de la película y es imposible que no te enamores de ella, como bien dices. Respecto a Sofia Coppola, nunca he podido terminar de ver "Lost in Translation",y mira que lo he intentado. Con eso te lo digo todo.
      Por lo demás, muchísimas gracias por tu comentario, camarada. Espero que si algún artículo en adelante te llama la atención no dudes en volver a opinar por escrito.
      Un saludo.

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